14 años después

14 años después en el mismo lugar que me vió crecer. Desde chiquita que voy a los santuarios, y yo que pensaba que todas eran Hermanas Mariela. 14 años después volví a sentarme en la misma mesa con las mismas personas. Uno ve el paso del tiempo y no puede creer como vuela. Algunas cosas cambian para mejor y otras para peor pero sí que cambian. Me quedo con la charla larga que tuvimos con el padre Ángel Strada. Su referente les decía que fueran latinos, que regalaran sus talentos y se dejaran complementar por el resto. Lo mismo le decía a los alemanes, tan distintos a nosotros y nuestro gran complemento. Les decía que no fueran espectadores, que se subieran al escenario. El Padre Kentenich sí que sabía cuál era su mensaje y lo compartía sin miedo aunque eso implicara confrontar a la Gestapo. Yo aún no sé cuál es el mío pero sí que ando intentando encontrarlo. Me quedo con un fin de semana compartido en familia. Un domingo de película y guitarreada, de cuarteto y de mi hermana. Me quedo con el PK diciendo que él conocía a los suyos y los suyos lo conocían a él. En eso, además de en estatura, sí que nos parecemos. No hay nada más lindo que conocer bien a los que te rodean. De mirar al corazón y atravesar barreras, de acortar tiempo y distancias al poder ver más allá de lo que uno muestra. 14 años después tengo esa habilidad mucho más desarrollada. Tengo también más certezas y una carrera más encauzada. Tengo recuerdos lindos que vuelvo a pasar por el corazón. Volví a cantar la misma canción, tantos años después, no estaban los mismos en el santuario, pero sí que se sintió la presencia de él.