Buscar similitudes en lugar de diferencias

Mi hermano Santi me enseñó que para relacionarnos con las personas tenemos que encontrar puentes. Puentes que nos acerquen. Puentes que pueden ser más anchos o más angostos, más largos o cortos pero puentes en fin. Puentes que nos unen, nos conectan. Con algunas personas podemos tener más de un puente y tal vez con otras nos cueste mucho encontrar uno pero seguramente si le ponemos empeño alguno podemos encontrar. Esos puentes son las cosas que tenemos en común, podemos hablar de deporte, música, familia, trabajo, soltería, matrimonio, bebés y tantas cosas más.

Son infinitos los temas de conversación, será por eso que tanto me molestaban los monotemas? Hoy mientras hablábamos con un compañero de trabajo que es un expat como yo (expatriado, que fea suena esa palabra, pero en fin, ninguno de los dos es de acá), surgió el tema de las diferencias y similitudes que podemos tener con la gente. Él me dijo que muchos ponemos énfasis en lo que nos diferencia y nos olvidamos de lo que nos une. Que tal vez si nos dieramos cuenta podríamos notar que en el fondo (casi todos) buscamos lo mismo. Ser felices, buscar el bien ajeno y propio, tener valores, guiarse por esos valores, buscar algo trascendente, por qué no y vivir en paz. Más allá de las distintas religiones, culturas, idiomas y tantas cosas más que nos pueden diferenciar, en el fondo somos personas siendo diferentes y parecidas a la vez.

Tal vez sea cuestión de conocer más a fondo, no quedarse en la superficie, no juzgar a los demás por la forma en que hablan o reaccionan y dar tiempo. Tiempo porque cada uno lo lleva de forma diferente. Hay gente que necesita de más tiempo para conectar con otros, para aprender algo nuevo y tiempo también para darse cuenta de como ser feliz en lo simple y como ayudar a los que lo rodean a serlo también.

Tiempo libre que ahora yo tengo de sobra y a la vez no porque siempre caigo en hacer las cosas divertidas primero y dejar las aburridas o difíciles para después que en este caso es buscar mi casa nueva por ejemplo. En cambio yo acá feliz yendome a andar en bici por un lugar nuevo que me recomendó mi compañero, se llama Amsterdamse Bos. Anduve en bici por dos horas y en un ratito que tuve me senté enfrente de ese lago y mientras pasaban cisnes por ahí (no estoy inventando) me puse a pensar en esto, porque claro, escribir en mi blog es muy divertido también.

Hablando de cisnes me dio risa verlos. Porque yo por mucho tiempo me sentí como el patito feo. Un patito blanco rodeado de patos amarillos. Distintos. Hablando de monotemas y yo ahí aburrida y callada, notando la diferencia. Con el tiempo me di cuenta de que con muchos de esos patos tenía más de un puente en común y empecé a pasarla muy bien. A darme cuenta de que más que diferencias, teníamos similitudes.