Consejo de Ana Frank

Consejo de Ana Frank para combatir la melancolía: salí afuera, a la naturaleza y al sol. Salí afuera y tratá de reencontrar la felicidad en vos misma, pensá en todas las cosas lindas que hay dentro tuyo y a tu alrededor y sé feliz. Toda desgracia va acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubrís cada vez más alegría y encontras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace felices a los demás; el que tiene valor y fé, nunca estará sumido en la desgracia.

Este es mi posteo número 100, será el cielo gris o alguna que otra piedrita que me vine cruzando últimamente en el camino que no estoy muy inspirada para escribir. Como quiero volver a ir a la casa de Ana, ahora con mi hermana, retomé su diario. Me impresiona ver en alguien tan chiquita y tan encerrada semejantes palabras. Ese optimismo que a veces es tan fácil de perder ella lo sostenía. Se quejaba, sí claro, con su mamá no tenía buen diálogo. Pero valoraba las cosas chicas, escribía sobre sus ideas y emociones y al escribir lograba canalizarlas.

Lo mismo me pasa a mí, desde que llegué a este país empecé a escribir. Lo hacía para compartirselo a la gente que más quiero. Hasta que fui abriendo el espectro y ayudé a más de un extranjero. Extranjero como yo en un país que no es el nuestro. Pero que nos enseña eso sí. Nos enseña tanto. A ser pacientes, a adaptarnos, a extrañar y no hacerlo tanto para cuidarnos, a armar vínculos de cero, a ser siempre el nuevo.

Justamente esta foto la saqué muy cerca de la casa de Ana. Su barrio Jordaan es uno de mis favoritos. La gente hace fila para sacarse foto con el cartelito. A mí me gusta conectarme más con ella cuando describe a esta ciudad que, tan bella como es, te habilita a dejar la melancolía afuera.