El amor suma
- Francisca Urrutia Zapata
- Oct 16, 2022
- 2 min read

Como me gustan los días de sol, cada día los valoro más. Aunque sea cuando el sol sale por un mini ratito y lo puedo sentir en mi cara. Me está costando que sea primavera en Argentina y otoño en Holanda. Por suerte este finde pude disfrutar de ver cerros (sí cerros! porque en Holanda hay uno solo muy bajito, recuerden, países bajos, pero en Bélgica hay un poco más). Vi cerros con árboles de todos los colores.
También vi el sol, vi las hojas de los árboles caer, comí baguettes y escuché un poco de francés. Fue un gran fin de semana, multicultural, diferente a lo que vengo acostumbrada. En un momento de pueblitos con calles y casas tan antiguas extrañé un poco la simpleza y juventud del camino de Cacheuta a Potrerillos.
Pero quien pudiera, estando allá añoraba lo que hoy estoy viviendo acá. Estando acá me doy cuenta de que mi vida empieza a cambiar bastante y siento que mi corazón se empieza a dividir. Que dejo un poco de lado la Fran de siempre para acostumbrarme a esto nuevo. Me gustaría poder clonarme y estar en varios lugares a la vez.
Me costó mucho cancelarle el plan a mis amigos argentinos, quería los ravioles con charla en español. Pero no puedo estar en todos los lugares a la vez y al final el plan de Bélgica se extendió y no llegué a tiempo. Tampoco llegué a tiempo al almuerzo por el día de la madre con la Zapateada. Por suerte igual los vi a todos, aunque sea por videollamada.
Mi miedo es al final algún día quedar partida, que el corazón se divida y que no tenga a toda la gente que quiero de verdad del mismo lado del charco. Cada vez me acerco un poco más a eso. Pero charlandolo primero con mi amigo Edu y ahora con mi mamá en su día, el amor no se divide, el amor suma. Y no es que quedaré partida de cada lado del oceano sino que tendré mucha gente que quiero mucho de los dos lados.
También lugares que aunque hoy me parezcan muy extraños, por su antiguedad, su historia y ánecdotas que aún no sé de memoria tal vez en un tiempo lo sienta igual de familiar que mi querido camino al dique Potrerillos.
El amor no divide, suma o mejor aún multiplica. Será que el corazón es tan grande que puede permitir que tanta gente linda entre y que tantos lugares puedan convertirse en propios? Aún no lo sé, dejenme probarlo.



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