Home sweet home

Habemus casa! Digo habemus porque conseguir casa en Ámsterdam es casi tan difícil como elegir un Papa. Pueden ser 200 las personas que apliquen al mismo departamento y el dueño tiene que elegir al candidato que más le guste, que por lo general suele ser quien ofrezca más plata (aclaro, para alquilar, no para comprar). Pero nosotras ya tenemos casa, digo nosotras porque me voy a mudar con mi amiga del trabajo Sahar.

Cuando fuimos a ver los demás departamentos a mi no me gustaron las escaleras. Las escaleras en esta ciudad son las escaleras del terror, finitas, empinadas y con escalones angostos. Me imaginaba, con lo distraída que soy a veces, rodando por las escaleras por estar viendo el celular o llevando muchas cosas a la vez, ambas muy factibles.

Este edificio me encantó desde un comienzo. A veces me pasa, que tengo mucha seguridad con algo y lo termino consiguiendo. A veces no estoy tan segura, me cuesta decidirme y son más esas las veces que eso que creía que quería no se me da. Pero esto sí que se nos dio y no saben la paz que siento desde entonces.

Obviamente que la tarea no termina acá. Por empezar estos departamentos holandeses vienen sin pisos (cuando no los alquilas amoblados) así que tuvimos que salir a comprarlos y coordinar la instalación. También hay que poner luces, cortinas, muebles, vajilla, cubiertos y tantas cosas más que solo uno descubre cuando empieza a vivir en el lugar. Claro el pela papas era necesario, en mi caso lo dudo porque le sigo huyendo a la cocina y este país no ayuda porque en el super venden todo preparado.

Me gusta la ubicación del edificio, está en el norte de Ámsterdam, en una zona llena de edificios nuevos y modernos, cerca del ferry y del Eye Filmmuseum. Tiene barcitos cerca, desde nuestro departamento que está en un tercer piso en la esquina (grandiosa ubicación para el sol y la vista) se ven varios. Me gusta tener un balcón, ya le quiero poner lucecitas y una mesita con sillas para disfrutar de la naturaleza y el aire libre. Me gusta también que tenemos unos vecinos muy amorosos, Amar (valga la redundancia) es nuestro amigo del trabajo y ahora vecino también, él nos pasó el dato del alquiler, el de los pisos, la cinta métrica y siempre nos ofrece su ayuda por lo cual yo estoy muy feliz de tenerlo a él y a su familia cerca.

Hoy los fui a ver a mis vecinos, fui a dejar mi nueva bici en el edificio y a medir los espacios para empezar con las compras y mis vecinos me invitaron a pasar. Charlamos, nos reímos, escuchamos Baby Shark (sí porque yo soy una gran reclutadora de sobrinos) y me alimentaron. Si señores, a la hora del té comí unos fideos fríos con tuco y yogurt y no saben qué buena esa combinación. Espectacular. Me gustan las cosas nuevas pero en la cocina suelo no variar pero me ofrecieron y dije que sí, porque desde que vivo acá intento decir siempre que sí, estar abierta a lo nuevo. Mis amigos/vecinos son de Jordania y los fideos fríos con tuco y yogurt son una combinación muy típica de allá.

Volví a casa, estaba limpia y ordenada, sí porque acá tengo servicio de limpieza así que lo disfrutaré con todo gusto hasta fin de mes. Como a la hora del té comí cosas de cena, a la hora de la cena me tomé un café con leche acompañado con una tostada con Nutella. Eso si extraño, la hora del té, acá pasan directo a la cena. Yo por ahora la respeto, aunque sea desordenada.