Mi sueño, este era el mío?

Las hojitas otoñales en la alfombra demuestran el paso del tiempo. El tiempo que llevo acá que son casi 4 meses. Casi 4 meses sin los abrazos de mis papás y de mis hermanos (mis personas más importantes de Argentina). Junto a la Martita por favor, casi 4 meses sin ir a Villa Guadalupe a ver a mis abuelos ni reirme con mi tía Claudia el domingo mientras llena el lavavajillas.

Casi 4 meses pasaron y recién hoy me confirmaron que finalmente tengo obra social holandesa. Según la ley de este país a partir del 4to mes de una persona viviendo acá, la obra social holandesa es obligatoria y a mí seguían sin darmela. Lo bueno es que ya tengo, lo que sí, como muchas cosas de mi vida de expat, no sé cómo funciona ni cuáles son los pasos a seguir. Lo bueno también es que por lo menos ya cuento con un dentista de cabecera que hizo su chequeo sin turno previo y me llenó de paz, como para variar, menos de eso yo no espero.

Casi 4 meses hablando en inglés casi non stop. Que felicidad tengo de que mañana me voy a España. A hablar en mi tan amado español y a ver a mi familia y a amigas que se sienten familia. Quiero ver los carteles de las calles o del metro y entender perfectamente lo que dicen aunque probablemente me sienta más perdida allá que acá en cuanto a la ubicación. Llevar casi 4 meses tiene su gran ventaja.

Me mandaron esta foto hoy, de este restaurante argentino en Ámsterdam con el nombre Mi sueño. El holandés que me la mandó seguramente no sabe el significado de ese nombre pero además de alegrarme porque me recuerden por algo tan simple, me hizo pensar si esto que estoy viviendo es mi sueño.

Yo no sé si es mi sueño, pero sí que me lo ha quitado. Varias noches sin dormir por la incertidumbre tanto en Argentina como en Holanda. No sé si me lo esperaba y menos si me imaginaba todo esto que estoy viviendo pero como dice otra de mis amigas que también es familia me dejé soprender y la realidad superó ampliamente la expectativa.

Lo que aprendí con todo esto es que muchas veces nosotros mismos nos limitamos a seguir ciertos sueños por nuestros propios miedos. A veces es cuestión de animarse nada más, a dar un paso, a hacer algo nuevo y si es a saltar el charco bienvenidos sean. Será un placer tenerlos por estos pagos, que me visiten e irlos a visitar.

Meruchi, Carli y Annita; Amparets; Julián; Cuka y Madrid, allá voy!