Nuevos anteojos para ver el mundo

En un mundo de incertidumbres elijo quedarme con algunas certezas y con lo demás, me dejo sorprender y ver como todo fluye si es correcto el instante. Arranqué el año con otra proyección, otros objetivos y la verdad es que me imaginaba otro desenlace, de todas formas el desenlace todavía no lo sé, estamos en agosto, si es como dice mi amiga Noe, que pasa agosto y se acaba el año, estamos más cerca pero no quiero anticiparme, me gusta mi presente tal cual es, con los miles de interrogantes que todavía tengo, bueno en realidad cada vez van siendo menos, ya cuento con algunas certezas.

La certeza que más me gusta es la de mi título personal, ser Francisca. Me gusta como soy, me gustan las cosas que me gustan, la vida que vengo llevando y mis vínculos. Mis vínculos me encantan. Mi hermana Pauli me preguntaba hace poco cómo eran mis vínculos acá. Y la verdad es que son muy distintos, siento que en Mendoza eran más parecidos, varios cortados por la misma tijera, misma cultura, religión, idioma, ambientes y caminos relativamente parecidos, los de la mayoría.

Acá hay un crisol de nacionalidades, idiomas, religiones y tantas cosas más, siento que mi vida por mucho tiempo fue monocromática y de repende descubro los infinitos colores que existen, y ni siquiera es que los veo todos, porque para verlos habría que recorrer el mundo entero. Mis vínculos acá son muy especiales: tengo a mi gente de Argentina que ya conocía de antes y a algunos que conocí ahora pero con los que compartimos patria, jerga y formas de actuar. Es muy lindo estar con argentinos cuando estas lejos de Argentina, se valora aún más.

Tengo mi amigo serbio, al que me encanta ir a visitar a su bicicletería, siempre que voy me ofrece lo mismo: querés pepsi, agua o café? Me da risa que arranque con la pepsi. Hace poco fuimos a la cocina a buscar alguna herramienta o algo y estaba llena de latitas de pepsi. Es desordenado y medio impaciente pero tiene un gran corazón y es un apasionado del ciclismo.

Tengo a mi futura roommate y a nuestros vecinos, son los tres musulmanes, tranquilos, buena gente y de mucha profundidad espiritual. Mis amigos brasileros de la oficina son alegres y me encanta hablar con ellos en portuñol y reirnos un rato. Los chicos de impuestos que son muy abiertos y me invitan a sus planes. He conocido a gente muy inteligente y buena. Algunos holandeses conocí también, gente directa y sincera, siempre bien dispuesta a hablar en inglés y a ser buenos anfitriones.

También he compartido tiempo y charlas con noruegos, egipcios, españoles, eslovenos, sudafricanos, rusos, ucranianos y ahora no se me viene otra nacionalidad a la mente pero seguro que son aún más. Me gusta que cuando me ven ya saben que holandesa no soy, lo primero que me preguntan es si soy española, más me gusta mi respuesta, no, yo soy argentina. Qué lindos son los anteojos con los que estoy viendo la realidad ahora. Siento que me permiten ver mejor, atravesar barreras y ver más directo al corazón.