Un día a la vez

Cada vez que voy a mi jardín (público pero me lo imagino mío) me encuentro con esta señora sentada en su sillita disfrutando del sol. Me imagino a la Fran del futuro, por suerte bastante lejano o por lo menos eso quiero creer, haciendo exactamente lo mismo. Incluso tengo un sombrero muy parecido en azul, la sillita todavía no la compro. Se disfruta del sol y también de la lluvia. Hoy se largó la primera tormenta de verano, refrescante, aireada y también necesaria. Los días se están poniendo calurosos. Los prefiero así igualmente. Aproveché para sentarme en un café y ver la tormenta pasar desde la ventana. Al mismo tiempo me puse a estudiar holandés. Percibo que será un largo camino hasta poder hablarlo como hablo en inglés. Si es que lo logro. Un día a la vez. Que importante es conectarse con el presente. Tomarse las cosas con calma, no acelerar procesos. Disfrutar los días de lluvia y de sol. A veces son los días de lluvia los que nos enseñan tanto y nos ayudan a valorar más el sol. Aplica para el clima, para las relaciones, para la vida misma. Ahora voy a mi clase. A seguir estudiando. Tal vez algún día sea como esa viejita, que disfruta de un día de sol leyendo su libro en holandés. Tal vez no lo sea. Quien sabe. Un día a la vez.